Ya se acerca la elección interna del PRI y hay quienes se preguntan cuál será la capacidad de movilización del que alguna vez fue la principal fuerza política en Nuevo Laredo, pero desde el 2012 no logra ganar en esta ciudad.
Y es que en la más reciente elección el PRI obtuvo 12,764 votos en los tres distritos, pero si le restamos los que sacó en los municipios de Guerrero, Mier, Miguel Alemán, Camargo y Díaz Ordaz, resulta que en Nuevo Laredo logró 10 mil 516.
El padrón interno del PRI reúne los nombres de más de 22 mil afiliados, pero si en una elección constitucional movilizó a 10 mil 516, se antoja imposible que rebase esa cifra en una elección interna. Salvo que aproveche que es una elección interna y se despache con la cuchara grande, como en los tiempos en que las elecciones las organizaba la Secretaría de Gobernación.
Un dato interesante de cuando el PRI era gobierno es la elección del 2013 en la que el partido logra la extraordinaria cifra de 280 mil promovidos, casi la lista nominal completa que era de 293 mil 727. Finalmente el PRI obtiene en las urnas 48 mil 588, la sexta parte de los ciudadanos promovidos.
Y es que en el PRI, como en cualquier partido, hay partidarios de la simulación. Se oye muy bien decir que el presidente de tal organismo tiene atrás de él a más de 5 mil afiliados, aunque en la práctica apenas logre reunir a 40 o 50 gentes, que luego presenta como los liderazgos internos. Estos liderazgos de papel se dan en todos lados.
En fin, vamos a ver cómo le va al PRI en su elección interna del 11 de agosto y veamos cómo anda su capacidad de organización y movilización. Esta elección interna le servirá para probarse, aunque le vaya mal. Es mejor saber qué es lo que hay y trabajar con eso.
La simulación puede engañar un tiempo, pero tarde o temprano se derrumba.
Después de la elección del líder nacional vendrá la elección estatal y esa es la que tiene especial interés porque en las primeras semanas de desempeño del próximo presidente permitirá darnos una idea de qué PRI se quiere. Si uno competitivo, o uno simulador.