Muchas veces hemos anotado aquí, en paráfrasis, y a veces el texto completo de la fábula de Esopo, sobre el Escorpión y la Tortuga, para ilustrar la condición animal de las especies, del cómo la genética se impone a las buenas intenciones.
Quizá esta no sea la excepción, pues los partidos políticos, y en particular, el papá de todos, el Partido Revolucionario Institucional, es quien encabeza la enseñanza superior sobre lo que es, la lucha por el poder; así sea de manera interna o en los asuntos de Estado, la exógena.
Por eso, a un servidor y a muchos de mis amigos, no les resultó agena, la “masacre electoral” con la que ganó la presidencia del CEN del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas (en razón de 10 a 1) a Ivonne Ortega y a Lorena Piñón de manera infinita.
Con excepción de Piñón, lo habría dicho mejor el ex delegado general priísta, Salomon Rosas Ramírez, Alito habría usado lo mejor de las peores mañas del PRI y a la vez, lo peor de las mejores mañas.
Pero tampoco se descarta que quien perdió, no haya realizado su mejor esfuerzo para proceder en el mismo sentido. Entonces, de qué quejarse y demandar algo que un millón de años luz sabíamos que sucedería.
Si usaron estos procedimientos particulares de todos los partidos mexicanos, solamente hay dos caminos. El aceptar lo que decía ABBA, sobre que el ganador se lleva todo y que el perdedor agacha la cabeza y se va, al rancho de “Andrés Manuel”.
Y dos, buscar el camino que ofrece a todos la autoridad electoral interna y la judicial del Tribunal Federal, para que se aclaren los dichos y que, éstos no se queden solamente en un dolor que no ayude a que las heridas cicatricen.
1.- Por encimita: Hay antecedentes sobre pugnas que no se resolvieron y recuerdo la más recientes y notorias a nivel nacional. En 1977 (Democracia Transparente) se abrió el proceso interno para elegir alcaldes, bajo la elección de un delegado por cada 100 militantes.
Los perdedores señalaron que todo fue un desastre y hay reportes de que literalmente, el sistema PRI arrolló a muchos de los candidatos. De ejemplo clásico, están Don Roberto González Barba en Tampico y Roberto Guerra en Matamoros.
2.- El caso de la pugna interna de 1987-1988, que derivó en el Frente Democrático Nacional que puso en jaque al sistema y donde se consuma el llamado mayor fraude electoral del siglo 20, contra Cuauhtémoc Cárdenas, imponiendo a CSG.
3.- De ahí pasamos a la Muerte de Colosio 1994, la entrega Zedillista en el 2000 para Vicente Fox quien borró a Francisco Labastida Ochoa y la elección interna 2001 -nuevamente-, para elegir a Roberto Madrazo Pintado llevando en la fórmula a la maestra Elba Esther Gordillo, una elección conducida dicen por el mismísimo Carlos Salinas de Gortari, el gran patrón desde las sombras, del 88 a la fecha.
4.- Un “asado de puerco” que salió muy mal en 2006, pues ya aparecía en la escena Andrés Manuel López Obrador y tuvieron incluso que hacer una alianza de facto, el PRI y el PAN para evitar que, “El Peje” llegara a la presidencia de México, respaldando a Felipe Calderón quien obviamente tiene “otros datos”, pues sostiene que ganó.
La diferencia de votos fue de medio punto a favor del panista, mientras que Madrazo, se fue al penoso tercer lugar. Así como les digo, los pleitos internos nunca fueron buenos en el PRI, pues si antes los resolvían a balazos en tiempos de la Post Revolución, nunca jamás olvidemos el caso Colosio 1994.
5.- Y de ahí al regreso de la “copa”, para que llegara a la presidencia nuevamente el PRI, que si así sucedió, los priístas tienen que reconocer la palabra “de varón” que tuvo Calderón con el priísmo nacional.
6.- Una ilusión que duró muy poco, pues Peña Nieto habría pactado ahora con un viejo ex priísta y hoy Presidente Andrés Manuel, para proteger sus multicipados actos de corrupción. Y de ahí, nuevamente al tercer lugar, y si ya el Estado de México lo hizo una vez, por qué no, una segunda.
Prospectiva: Llegamos a un nuevo proceso interno priísta, donde se presume que Edomex, es la única entidad que tiene dinero y poder, para ascender como “caballero de la noche” a la recuperación del poder en 2024.
La ruta ya la conocimos ayer; un presidente priista aliado con Alejandro Moreno Cárdenas, para que con el tiempo y un ganchito se lleve de la mano a uno de los suyos, el gobernador mexiquense, Alfredo del Mazo Maza.
Otrosi.- Salvadas las elecciones en lo jurídico, esperamos el proceso interno Tamaulipas, donde solamente vemos a tres actores. Enrique Cárdenas, Edgar Melhem y Humberto Valdez.
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