“Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro”.- Albert Einstein
No me queda duda que vivimos en un mundo polarizado. Hay una maquinaria muy fuerte detrás de los anti vacunas y de los pro vacunas. Este no es un espacio de salud, sino de deportes, pero desde este miércoles la nota la ha dado el mejor tenista del planeta, Novak Djokovic.
En resumen, Nole había recibido una exención para poder participar en el Abierto de Australia que se realizará desde mitad de enero en adelante. Al llegar el tenista serbio a tierras australianas para participar en este torneo “Major” fue detenido por las autoridades gubernamentales.
Estas cuestionaron la “exención médica” recibida por Djokovic, ya que éste no se ha vacunado, o más bien nunca ha revelado públicamente una postura, pero bueno, no ocuparías una exención si estuvieras vacunado.
Al parecer el tenista argumentó que no se vacunaba porque ya le había dado Covid hace unos meses y eso, aunado a que alguien de su staff cometió un error en el visado, hicieron de este asunto un escándalo deportivo diplomático internacional.
A Djokovic le cancelaron su visa y este jueves estaría viajando de regreso a Serbia. No le permitieron entrar a Australia y se perderá el primer “Major” del Año.
Este problema tiene muchos ángulos. ¿Hizo mal Nole? ¿Hizo bien el gobierno australiano? ¿Fue correcto como se trató el problema? ¿Esto tendrá consecuencias más delante? ¿Buscó la organización del torneo “picudear” por dinero, ignorando la salud?
En lo personal seré claro. Cada quien tiene derecho a pensar como quiera con respecto al Covid y las vacunas, siempre y cuando no arriesgue la salud de los demás. Los atletas como Djokovic además son ejemplo, un modelo a seguir para millones de personas, niños, atletas y más.
No concibo que los deportistas, cuya carrera y futuro depende de cuidar su cuerpo y su salud, rechacen la principal y más obvia manera de cuidarse del virus que ha marcado una pandemia mortal que ha cobrado la vida de miles y miles de seres humanos en el planeta.
Djokovic tiene derecho a pensar y hacer lo que quiera. Australia tiene el derecho (y la obligación) de usar a la máxima estrella del tenis actual como EJEMPLO para aquellas personas que por su fama, dinero o estatus creen que pueden estar por encima de las leyes o la salud pública.
Esto de Australia es una declaración: “No a Djokovic, no a los anti vacunas, no a las personas egoístas que ponen en riesgo de muerte a las personas que los rodean”.
Aplausos al gobierno australiano. El aspecto deportivo pasó a segundo término y aunque es una lástima para el torneo y el deporte en sí, espero que el resto de los torneo de la ATP sigan el mismo ejemplo.
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