LOS CAÑONES DEL DESCRÉDITO
Las baterías noticiosas nacionales mueven su objetivo ciento ochenta grados, del centro del país (México, su gobierno, clases políticas y partidistas) a Washington y Nueva York, centro operativo del gobierno déspota de Donald Trump y su pandilla de acaudalados negociantes, que por cierto, insisten y seguramente seguirán insistiendo, en darle a la población estadounidense atole con el dedo, a base de escándalos periodísticos e informaciones sin fundamento lógico y menos, con razones aceptables.
Si usted amigo lector, vio, escuchó o leyó algo del llamado primer informe a la nación, del pasado martes 28 de febrero, rendido por Trump ante el Congreso en pleno de los Estados Unidos de Norteamérica, habrá entendido con mayor claridad, ahora, que el Occidente democrático está ante el mayor demagogo que nación alguna haya tenido durante los últimos cincuenta años.
En tal ocasión, y durante 55 minutos, hizo un detestable ejercicio de labia e incomprensibles argumentos, que nuevamente dejó a todos sin entender nada. Todo, con el único fin de mantener oculto su oscuro y perverso proyecto político, xenofóbico, centrista y sin derroteros de gobierno claros. Sin duda, sus trucos estratégicos siguen siendo los mismos: sembrar la confusión internacional, dar manotazos aquí y allá, a fin de sentar liderazgo en medio del caos mediático que provoca el dejar todo a la especulación e interpretación de todo tipo.
Llamar la atención de la nación entera, del estatus quo de la política norteamericana y mundial y obligar a los medios en su conjunto, a enfocar sus baterías hacia su persona, sin importar que lo alaben o lo critiquen, a condición de que le teman los líderes mundiales y sus vecinos próximos y aun los más lejanos, todos sumidos en el desconcierto generado por la incertidumbre del qué va a suceder o a hacer este desatinado sujeto el día de hoy o a la mañana siguiente.
Con lo que también, sigue dividiendo a los propios estadounidenses en ‘anti-trumpistas’ y ‘pro-trumpistas’, entre blancos y todas las demás razas. Ahora resulta que la demencia, protagonismo y mesianismo exacerbado, lo han llevado a la ocurrencia (sí a la ocurrencia, porque este sujeto no tiene ideas, tan solo tiene ocurrencias), de proponer una reforma migratoria ante legisladores de uno y otro partido, que no aciertan a reírse los más o creerle los menos, pero sí todos sorprendidos por el tamaño de lo dicho.
Pronto y al paso de los días, el pasajero y aludido huésped de la Casa Blanca habrá de aceptar, siempre a regañadientes, que en la política no hay ni amigos ni aliados, tan solo intereses concurrentes y circunstanciales y, desde y en el poco espacio de maniobra que dan tales condiciones, se ha de gobernar en beneficio de los propios intereses y actores, que fuerzan y sujetan el modo y acciones de gobierno.
En lo económico y presupuestal, por ejemplo, dijo el sujeto de marras que bajará los impuestos a las corporaciones, y que el desequilibrio causado a las finanzas públicas será compensado con los tributos que se obtengan con el retorno de las empresas que ahora operan sus manufacturas fuera de su país. Ni siquiera se logra preguntar: ¿Bueno y por qué se fueron? Dijo también, entre otras barbaridades, que obligará a las naciones asociadas al Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a que eleven y se pongan al corriente en sus contribuciones.
Otra vez, sin preguntarse siquiera: ¿Bueno y por qué Estados Unidos es el líder y jefe de la mencionada organización multinacional? Por la sencilla razón de que es el mayor aportante en recursos militares y sostenimiento financiero del organismo. Si quiere que los otros miembros paguen más y a tiempo, y que pongan mayor cantidad de tropas y armamentos militares, seguramente no volverá a ser, Estados Unidos, líder discrecional de la OTAN.
Lo mismo o algo muy parecido pasaría con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y sus múltiples organismos para la paz, la educación, la alimentación, refugiados, derechos humanos, y la larga lista de entes que sostiene esta organización multilateral. Entre ellos, la CEPAL, otro caso, con la que rige la Unión Americana los destinos y condiciones operacionales de América Latina.
Sería largo, muy largo, amigo lector, el listado de contradicciones dichas y además aplaudidas por partidarios que aunque pocos, suficientes para ganar una elección y sostener en principio a un líder empresarial, movido a político y líder mundial, por el odio, el racismo y sus propios demonios que no logra, a sus poco más de setenta años, siquiera identificar y someter.
NOS VEMOS Y LEEMOS EL PRÓXIMO MARTES.
