Las empresas como las conocíamos han cambiado. En un mundo con tantos problemas, donde prácticamente diario escuchamos una nueva amenaza o conflicto, el sector privado ha tomado un nuevo rol.
Sabemos que no hay presupuesto de gobierno que alcance para atender las demandas sociales. Tampoco una fundación que cuente con todas las donaciones necesarias para hacerlo. El error tal vez es que siempre hemos visto a esos dos actores como los encargados de solucionar los problemas más apremiantes del mundo. Es momento de voltear a ver a las empresas.
No hablo de filantropía, donaciones o obras de caridad. Hablo de crear valor compartido. Una antigua visión de negocio busca crear valor sólo a los accionistas de la empresa y ellos son a los únicos a los que hay que rendir cuentas. En cambio, una nueva visión requiere de empresas que generen valor para todos y que rindan cuentas a la sociedad en general.
Para el profesor de la Escuela de Negocios de Harvard, Michael Porter, el valor compartido es abordar un tema social con un modelo de negocio. Es el capitalismo en su forma más avanzada. Para esto debemos pasar de ver a las empresas como donantes o contribuyentes, a considerarlas como generadores de bienestar y prosperidad.
Un negocio tradicional es aquel que ve a la responsabilidad social como mera filantropía. Un negocio responsable es aquel que atiende los impactos sociales y ambientales de su operación. Un negocio que crea valor compartido es aquel que descubre el cómo generar riqueza, como cualquier otro negocio, a la par de generar beneficios sociales. Si los negocios aceptan este nuevo modelo, el mundo se va a transformar.
Para hacer esto una realidad necesitamos liderazgos que promuevan esta nueva visión de negocio. Empresarios que no tengan miedo y más emprendedores sociales. Las nuevas generaciones lo están esperando. El 71% de los millennials espera que las empresas lideren los problemas sociales que consideran importantes (Cone Communications CSR Study). El 64% cree que los Directores Generales de las empresas deberían liderar el cambio en lugar de esperar a que el gobierno lo imponga (Edelman Trust Barometer).
La creación de valor compartido nos debe llevar a un capitalismo consciente, en donde el dinero no sea el único propósito del negocio, si no un medio para alcanzarlo. Un modelo más humano, que haga equipo con la competencia, el gobierno y la sociedad civil. Vivimos en tiempos complicados que requieren de mayor conciencia por parte de las empresas y los consumidores. En un país al que le urge crecimiento económico sustentable para generar condiciones de bienestar y prosperidad. Para lograrlo se necesita el compromiso, conocimiento e innovación del sector privado al servicio de todos, con el respaldo del sector público y social. Así y solo así, lograremos un mundo más justo, sostenible y con oportunidades iguales para todas y todos.
