Filosofemos: El problema es de extrema mayéutica, hermenéutica, semiótica, por decir lo menos. Traducido para la raza, la bronca es que en el decir y el hacer, lamentablemente el gobierno federal tiró a la basura -al primer segundo del 1 de diciembre de 2018-, el discurso de que no serían iguales.
¿Que no son iguales? El Presidente de México lo presume todos los días y a la menor provocación; sin embargo, casos como el que Emilio Ricardo Lozoya Austin (confeso de recibir sobornos de Odebrecht, que “repartió”) y su escapadita a cenar al restaurante Hunan, como si no pasara nada, exhibe en chuza al poder ejecutivo.
Aniquila los argumentos de que la lucha contra la corrupción en el presente mandato va en serio. Además, pone en jaque a la Fiscalía General de la República, y promueve la idea de que igual que antes, hoy en la 4T, cuando se tiene “permiso presidencial”, comer “Pato a La Lozoya” en Lomas del Pedregal es rutina para los aliados al régimen.
Y ustedes se preguntarán, por qué entonces AMLO mantiene los favores del pueblo mexicano por encima del 60 %. Es simple, pero les gusta hacerse bolas.
a.- Los mexicanos tenemos una educación tan deplorable en lo general. Pruebas, adoradores del Chavo del Ocho… no necesito decir más.
Cierto han existido enormes avances, oleadas de instituciones, pero la sociedad mexicana nunca ha validado a su gobierno.
b.- Agregue Usted que existen sospechas fundadas de que el ex Presidente Enrique Peña Nieto les tendió la cama a los priístas a cambio de un pacto de impunidad.
Por qué ubicar a un tierno candidato -en términos de experiencia electoral-. Nadie duda de su capacidad académica, mil veces superior a la del actual mandatario, pero José Antonio Meade no competía para ser líder de la ONU, si no para dirigir al maltrecho país en el que vivimos.
Además de que la política, estimados amigos, es una secuencia de traiciones. Cada cuál sus motivos, pero lo que nos parece fantástico, es que mientras se habla del pacto de impunidad -y le aplauden a EPN-, por mucho menos de eso, a Ernesto Zedillo, los priístas le mantienen en la hoguera.
Su travesura, no menos cobarde, jugar a la democracia y ceder el poder presidencial al PRI en 2000, es lo que reclaman los tiernos de Insurgentes.
En teoría, el PRI con todos sus males, pudo haberse robado el proceso que le hubiera dado en gana, pero Zedillo quería la gloria como todos. Democratizar al PRI motivado dicen por la presión de la VII Cumbre Iberoamericana de 1997.
c.- Hablo en primera persona, el tema de la salud siempre me atora el debate y los ánimos de foca se cancelan. Y si bien todo lo demás puede ser revisado, creo que la política económica está a años luz de ser nórdica.
Pero los medios, la mañanera, la ausencia de una oposición formal, hacen el resto. Vivimos un “SITCOM”, donde como obligan las comedias de situación, también lo que sobran son aplaudidores.
Del cuarto piso.- Y ayer quien se metió a la cocina del Congreso federal fue Gerardo Peña quien fue designado como Vicecoordinador de los legisladores federales del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, “reconociéndose el talento del tamaulipeco para encabezar junto con el Coordinador Jorge Romero a sus compañeros en esta importante labor”, señala el comunicado.
Está ya en la burbuja azul y vamos a ver qué le depara el futuro…
Nostra Política.- “Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez”. Gabriel García Márquez.
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