Amigos

El 4 de abril de 1992 empecé a trabajar como reportero en el periódico El Diario, tras poco más de tres años de haber laborado como tal en el periódico Laredo Ahora. Ya había estado en El Diario, pero como archivista y en el área de circulación, no como reportero. La oportunidad de trabajar como reportero, ya lo he dicho, me la dio Jesús Valdez Gutiérrez, en aquel entonces Jefe de Redacción de Laredo Ahora, cuando mi hermano Toño me llevó a trabajar a dicho medio. Yo quería ingresar al área de talleres, pero Jesús Valdez, le dijo a mi hermano que ahí no tenía futuro, por lo que mejor me enseñara a tomar fotos para ingresar al área de redacción, y así fue, ya después vino el hacer notas y todo lo relacionado con la información periodística. Aun recuerdo cuando me salí de Laredo Ahora para irme a El Diario y le notifiqué a Valdez mi decisión, a lo que él me dijo “para que se va, si aquí está bien”, pero le confirmé mi interés, y me despidió con un “al rato va a regresar”, cosa que ya no sucedió, pues Laredo Ahora cerró meses después, tras el sonado caso de los conflictos en la aduana. Valdez se quedó sin trabajo por varios años, y una vez tuve la oportunidad de recomendarlo para regresar a El Diario y en otra ocasión logré acomodarlo en otro periódico, donde yo laboraba. Al Jefe Valdez, como yo le decía, tuve la oportunidad de agradecerle el haberme guiado por el ámbito periodístico y ser de mis principales maestros, pues le aprendí mucho. Esa vez que se lo dije noté que le brillaron los ojos, y me agradeció a la vez que le reconociera su apoyo. Seguimos frecuentandonos en reuniones de la Asociación de Periodistas y la última vez que lo vi me comentó que estaba delicado de salud. Le pedí que se cuidara y nos despedimos amenamente.
Cuando entré a El Diario me asignaron las fuentes de la iniciativa privada, más algunas gubernamentales, entre ellas la de la Oficina Fiscal del Estado, donde el titular era el licenciado José Ignacio Salinas Lozano, con quien colaboraba Mario Romero Flores, con quien casi inmediatamente hice amistad. En aquel entonces Mario se desempeñaba como inspector de alcoholes, y de hecho siempre había trabajado con “El Bache” Salinas, pues cuando éste fue delegado de la PGR, Mario fue agente federal; cuando fue delegado de Migración, Mario fue inspector de dicha dependencia, por citar algunos casos. Con el paso del tiempo la amistad con Mario se consolidó, pues nos unían también otros amigos mutuos que conocíamos por separado. Un día fue a verme para decirme que le ofrecía un buen trabajo, pero que él no podía desempeñar porque tenía otras ocupaciones, por lo que me dijo que si me interesaba, y al decirle que sí me llevó a Ciudad Victoria para contactarme con quien le había hecho el ofrecimiento laboral, y recomendarme con él, y así obtuve la chamba, que a decir verdad me ayudó mucho económicamente, por lo que quedé muy agradecido con él.
La semana recién transcurrida recibí dos golpes duros en mi interior, pues tanto Jesús Valdez Gutiérrez como Mario Romero Flores fallecieron, y no precisamente de la enfermedad que está de moda, sino de otros males que se les fueron complicando con el paso de los años, pues ya pasaban de los 70 años. De hecho ambos se conocían, pues fueron policías en sus años mozos.
Y claro que me ha dolido su partida, por la amistad que me unía a ellos, por lo que en su momento me ayudaron, pero lamentablemente así están siendo las cosas en estos momentos tan difíciles para todos, pues es claro que todos y cada uno de nosotros hemos estado perdiendo familiares, amigos, conocidos, y no queda más que elevar una oración para que el Todopoderoso brinde el debido descanso a sus almas.
Son tiempos difíciles, son tiempos de pesar, pues muchos se nos están adelantando en el camino, aunque nos queda la satisfacción de evocarlos tan satisfactoriamente como fue su paso al lado de nuestras vidas.
¡Descansen paz Jesús Valdez Gutiérrez y Mario Romero Flores!