Porque en la semana lo que han sobrado son divertidas listas de sabores, sobre la conformación del futuro gabinete de Américo Villarreal Anaya, habría que recordar la parte que muchos pasan de largo.
Me refiero a lo que cita el artículo 41 de la Constitución Mexicana, donde ayer dimos aviso y seguimiento, sobre la paridad de género.
Sí, en la primera parte se establece que “el pueblo ejerce su soberanía por medio de los Poderes de la Unión, en los casos de la competencia de éstos, y por los de los Estados y la Ciudad de México, en lo que toca a sus regímenes interiores, en los términos respectivamente establecidos por la presente Constitución Federal y las particulares de cada Estado y de la Ciudad de México, las que en ningún caso podrán contravenir las estipulaciones del Pacto Federal”.
Pero luego, ahí está lo adicionado el 6 de junio del 2019, que como les comenté, es apunte oportuno de Arturo de León y que cita: “La ley determinará las formas y modalidades que correspondan, para observar el principio de paridad de género en los nombramientos de las personas titulares de las secretarías de despacho del Poder Ejecutivo Federal y sus equivalentes en las entidades federativas”.
Un tema simple, pero pertinente en la circunstancia de empatar los cartones, para evitar la hegemonía político-machista en todos los gobiernos democráticos. Que “en la integración de los organismos autónomos se observará el mismo principio”.
Recordemos que en México, desde que en 1953 las mujeres votaron por primera vez a nivel nacional igualando los derechos, no obstante nunca fue suficiente y el patriarcado sigue siendo un lastre, que demanda un análisis superior y formal.
Fue hasta 2014 cuando finalmente con la Reforma Político Electoral, es que se define el principio de paridad en el registro de candidaturas. Por cierto, reglas que comprometen, por ejemplo:
Que en las elecciones del 2023, quien elija a una valiosa mujer en Coahuila, deberá determinar a un varón en el Estado de México y viceversa.
Las candidaturas que propongan los partidos o coaliciones, deberán ser un hombre y una mujer. Por ejemplo, si ya sabemos que en Edomex va la maestra Delfina Gómez por Morena, el varón posible para Coahuila será….
Adivinaron, probablemente Armando Guadiana Tijerina, hoy puntero en los amores, No de Morena, pero si, de Andrés Manuel López Obrador, que no es lo mismo, pero es igual.
Ejemplo respetuoso: Luego de esta asomada muy leve sobre el tema de la paridad de género, siempre quedará en el ambiente, la idea de que, si un partido no tiene una mujer de alta valía en una entidad, pero tiene que asignar por género -porque en el otro estado ya ubicó a un hombre-, los presuntuosos varones de “alta experiencia” tendrán que ser sacrificados.
Esas son las reglas y aplican para todo y para todos…
Lo mejor de cada casa…
En el mismo sentido, ya muchos son los que se preguntan, en el entendido de que aumentará la representatividad de las mujeres en el gobierno que inicia el 1 de octubre.
El análisis es fácil y pongamos a tres personalidades, que pueden ser polémicas o no, pero importantes al interior de Morena o en razón de los acuerdos durante la campaña del Dr. Américo Villarreal.
a.- La ex diputada federal, ex senadora, y ex alcaldesa panista Maki Ortiz, ahora activista del Movimiento de Regeneración Nacional.
b.- La ex diputada local priísta, ex diputada federal del PES ( realmente Morena, pues el “pexcadito” ya ni existe) Olga Sosa, ex candidata guinda a la presidencia de Tampico.
c.- Y una más, la que para muchos es sangre 100 % Morena. Me refiero a la coordinadora de la bancada de Morena en el Congreso de Tamaulipas Úrsula Patricia Salazar Mojica, quien es nada más y nada menos, que sobrina de Andrés Manuel López Obrador.
Nostra Política: “Él es mi amigo más querido y el más cruel de mis rivales, mi confidente y el que me traiciona, el que me apoya y el que de mí depende; y lo más espantoso de todo: es mi igual.” Gregg Levoy.
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