CIUDAD DE MÉXICO.- Cada año la ballena gris, reconocida por su carácter pacífico y amistoso, migra en busca de aguas cálidas, desde el Círculo Ártico a través de las costas de Alaska, Canadá, por el Norte de Estados Unidos y California, y finalmente llegar a los alrededores de la península de Baja California para pasar el invierno, aparearse y tener a sus crías.
Entre los meses de enero y abril, Baja California Sur es visitado por miles de turistas de todas partes de México y el mundo para atestiguar el imponente espectáculo.
Para su avistamiento se disponen zonas específicas y normas que regulan la actividad, las cuales son respetadas estrictamente.
Ojo de Liebre y San Ignacio son lagunas de reproducción excepcional, ya que gracias a su posición geográfica reúnen un conjunto único de características físicas y químicas, como la profundidad, temperatura, nutrientes, salinidad, entre otros, que las convierten en un sitio ideal para el apareamiento y la reproducción de esta maravillosa especie.
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Las enigmáticas lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio pertenecientes a la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno; nombradas Patrimonio de la Humanidad debido a que son territorio potencialmente atrayente del turismo ecológico al ser consideradas el santuario de la ballena gris (Eschrichtius robustus), uno de los cetáceos más impresionantes del mundo, ambas lagunas localizadas en el municipio de Mulegé, Baja California Sur.
Laguna Ojo de Liebre se ubica cerca de la ciudad de Guerrero Negro en una extensión de 994 hectáreas y se encuentra frente al océano Pacífico.
Además de ser santuario de la ballena gris es protectora de la vida silvestre más grande de América Latina, albergando especies de tortugas marinas en peligro de extinción que se reproducen allí y es un importante refugio para las aves acuáticas durante el invierno.
Tiene un clima seco y cálido, los rangos de temperatura anual van de los 18 °C a los 22 °C. Y está rodeada de dunas costeras de hasta 15 metros.
Sin duda estar en este santuario te permitirá conocer la gran diversidad biológica que posee Baja California Sur y sobre todo el gran compromiso que tiene el estado de seguir manteniendo la riqueza de los procesos del mar y la tierra.
En estas lagunas se desarrollan varias actividades económicas, incluidas la pesquería, las obras de evaporación de sal, la acuicultura, ofreciendo actividades turísticas y acuáticas para todo aquél que las visita.