MELBOURNE, Australia (AP) — Alex Michelsen logró la victoria más importante hasta ahora de su incipiente carrera al derrotar al subcampeón del 2023, Stefanos Tsitsipas, en la primera ronda del Abierto de Australia, y sabía instintivamente a quién debía el crédito.
El joven estadounidense de 20 años superó los nervios en su servicio en el cuarto set antes de asegurar una victoria de 7-5, 6-3, 2-6, 6-4 el lunes sobre Tsitsipas, un griego de 26 años que ha alcanzado el puesto número 3 en el ranking mundial y ha disputado dos finales de Grand Slam.
Michelsen comenzó a jugar tenis alrededor de los 3 años y practicaba casi todos los días de niño con su madre, Sondra, una maestra de escuela que jugó tenis universitario.
“Sí, estoy seguro de que ella está mirando ahora mismo”, le dijo Michelsen al público en el John Cain Arena, una de las tres principales canchas de exhibición en Melbourne Park. “Sí, golpeábamos un millón de pelotas desde la línea de fondo todos los días. Íbamos como 30 minutos por el medio, luego cruzábamos de un lado a otro durante como una hora y media.
“Quiero decir, simplemente salíamos allí y ella nunca fallaba una pelota — es increíble. Pero no tendría ninguna posibilidad de estar aquí sin ella, así que gracias, mamá. Te amo”.
El jugador clasificado en el puesto 42, Michelsen, llegó a la tercera ronda el año pasado en su debut en Australia antes de perder en las primeras rondas en Roland Garros y Wimbledon y en la segunda ronda en el Abierto de Estados Unidos.
Su victoria sobre Tsitsipas fue la primera de Michelsen contra un jugador clasificado en el top 20.
Jugó con libertad contra Tsitsipas, realizando grandes golpes con sus devoluciones de servicio, incluyendo tres en un juego hacia el final del cuarto set que le ayudaron a conseguir un quiebre vital.
Se puso un poco tenso con el servicio, cediendo dos quiebres bien ganados en el cuarto set, pero se mantuvo compuesto en el último juego. Terminó el partido con ocho aces y ocho dobles faltas, pero logró 46 tiros ganadores contra solo 40 errores no forzados.
“Antes que nada, solo estaba tratando de mantenerme súper compuesto allí. Sabía que iba a ser una batalla al final”, dijo. El servicio “comenzó a fallarme un poco en el cuarto, pero estoy súper feliz. Todo se trata de la mentalidad”.
