Las iniciativas de Reforma Electoral presentadas por Morena en la Cámara de Diputados esconden intereses políticos y partidistas. El coordinador del grupo parlamentario, Mario Delgado Carrillo, argumenta que las propuestas pretenden que la austeridad llegue a todos, incluyendo a partidos políticos y organismos electorales. Argumento contradictorio, pues las propuestas se centran en cambiar el modelo del sistema electoral mexicano y no en abaratar los procesos electorales. Todo parece indicar que se pretende hacer un Instituto Nacional Electoral (INE) a modo y reducir la competitividad de la oposición.
El grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados no ha presentado una propuesta formal y en conjunto. Sin embargo, varios congresistas han presentados iniciativas a título personal, a partir de la cuáles han girado los Foros de la Reforma del Estado y Electoral. Sergio Gutiérrez propone desaparecer los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLES) y que el INE desarrolle los procesos locales. Bajo el discurso de austeridad, se pretende abaratar costos y reducir burocracias. En la realidad deberá aumentar la estructura del INE, lo que implica mayor gasto en los procesosoperativos y mayor centralización de las elecciones locales.
Pablo Gómez propone desaparecer el Consejo General del INE y sustituirlo por una Junta General Ejecutiva, elegida a partir de una lista elaborada por un Comité Técnico y aprobada por el pleno de la Cámara de Diputados. El diputado considera que el Consejo es un órgano político que ya no es útil, porque las controversias se solucionan en el Tribunal Electoral Federal, y representa un gasto innecesario. La realidad es que si avanza la propuesta, la elección de los integrantes de la Junta General dependería del partido político o coalición que cuente con mayoría en la Cámara.
Tatiana Clouthier y Mario Delgado proponen reducir 50% el financiamiento público anual a partidos políticos para actividades ordinarias. Los diputados indican que el presupuesto otorgado ha crecido un 21% entre 2009 y 2015, y señalan que no existe justificación. Porlo anterior, pretenden reducir costos excedentes por el sistema de partidos. La realidad es que reducen la capacidad operativa de los partidos de oposición, en una época en la que Morena arrasó en las elecciones federales de 2018 y cuenta con una amplia estructura clientelar, construida a lo largo de 12 años.
La discusión para realizar una nueva reforma electoral es positiva, pero las decisiones que se tomen deben sumar a la mejora de los procesos electorales, realizados entre 1977 y 2014, así como a fortalecer el carácter incluyente y plural de nuestra democracia.Vulnerar la autonomía del INE y mermar la competencia partidista representan un retroceso democrático. Sin duda, los parlamentarios de la cuarta transformación pretenden cambiar el modelo del sistema electoral, favoreciendo a su partido político y no a la representación de los intereses de la ciudadanía.
