En la vida yo siempre he dado a la razón a la máxima atribuida a Confucio: “Elige un trabajo que te guste, y nunca tendrás que trabajar ni un día de tu vida”, porque realmente así es, cuando uno trabaja en lo que le gusta, simple y sencillamente la labor no se dificulta pues se hace con esmero, con cariño y sobre todo con todas las ganas.
Y lo mejor de todo ¡es que todavía nos pagan por ello! Siempre he criticado aquellas personas que trabajan en algo que no les gusta, y donde están nada más para decir que tienen un trabajo, que tal vez les dé sustento, más no alegrías. Es por eso que vemos a gente atender en sitios con caras de amargados, que denotan visiblemente el no querer estar ahí, pero están, según ellos, porque no hay más opciones, cuando en realidad las opciones abundan, cuando en realidad están en esos sitios porque nunca se animaron a hacer lo que quisieron, porque no quieren entender que aún están a tiempo justamente de hacer lo que quieren.
Siempre he dicho también que todos nacemos con un don, el cual hay que saber detectar desde temprana edad y desempeñarnos en base al mismo. Habrá quienes resulten privilegiados en algunas de las siete bellas artes como lo son la arquitectura, la escultura, la pintura, la música, la literatura, la danza y el cine, y por ende se puede ser un gran constructor, o un gran escultor, pintor, músico, escritor, bailador o actor, pero también, e incluso a la par, se puede tener el don de ser bueno para vender cosas, y entonces se puede ser un gran comerciante, o habrá quien tengan la habilidad de poner tubos, y será un gran plomero; o a quien les llame la atención el servicio eléctrico, y ser un buen electricista; o quienes sean buenos para componer aparatos, y ser buenos electrónicos; ni que decir de quienes les guste sanar gente, y ser doctores, o defender las causas sociales, y convertirse en abogados, y en fin, así nos podemos ir en todas y cada una de las profesiones.
Y aunque ciertamente para ejercer una carrera se requieren recursos y tiempo, que a veces no se tienen, porque precisamente se debe trabajar para afrontar la vida, oportunidades de manifestar nuestras aptitudes, siempre habrá, y esos momentos precisamente hay que aprovecharlos. Y aunque todos los trabajos son dignos, lo más digno para el ser humano es hacer lo que le guste, y no estarse amargando la vida en un lugar donde no encaja y no produce lo suficiente, por el simple hecho de no estar a gusto.
De hecho cuando uno se propone lograr ser lo que siempre ha soñado, hay fuerzas cósmicas que te ayudarán a conseguirlo, por el simple hecho de que se te vean las ganas. Bien dice Paulo Coelho en su libro El Alquimista, “cuando una persona desea realmente algo, todo el mundo conspira para que pueda realizarlo”. Así pues, anímate, nada es imposible, todo es alcanzable. Y sea lo que sea, lo que quieres ser, búscalo, sé feliz, y con ello también harás feliz a los demás, y sobre todo recuerda que cuando hagas lo que te guste, nunca vas a trabajar.
