Desde que tengo uso de razón cada vez que llega un nuevo año, llegan nuevas esperanzas para muchos de que les vaya mejor en todos los aspectos. Tener un mejor trabajo, una mejor casa, un mejor auto, mejores condiciones de vida y disfrutar lo que no pudieron en el año recién concluido. Es clásico que con el inicio del nuevo año haya propósitos como hacer ejercicio para bajar de peso, dejar de ingerir bebidas embriagantes, viajar a lugares que siempre se ha deseado, entre muchas otras cosas que conllevan la felicidad personal y el tan anhelado éxito. Y todo esto es lógico, pues en la vida siempre buscamos mejorar, ir siempre adelante, aunque en este aspecto no todos alcanzan el objetivo ante la falta de voluntad y ganas de lograr lo buscado. Porque ¿cuántas personas no han querido bajar de peso desde hace 10 años? ¿Cuántos no se regalan en Navidad una bicicleta, tenis y trajes deportivos, porque juran y perjuran que a partir del primero de enero se irán a pedalear o a correr, para desaparecer las grasas? ¿Y qué ha pasado? Siguen (seguimos) con la misma masa corporal, o peor aún con más volumen en el cuerpo, cada vez más pesados e incluso con indicios de diabetes, hipertensión arterial y otros males, producto de no cumplir con lo propuesto el año pasado, o peor aún muchos años atrás. Lo peor del caso es que así se continuará si no se toma en cuenta algo muy importante, y esto es que no es el año nuevo el que tiene que ser mejor, no es el nuevo año el que nos tiene que traer más y mejores cosas, sino que simple y sencillamente somos nosotros los que tenemos que cambiar, somos nosotros los que tenemos que renovarnos con el inicio de cada año, buscar ser mejores en todos los sentidos e ir por lo que queremos, luchar por conseguirlo pues solo así saboreamos el dulce néctar de la victoria, por mínimo que sea el logro conseguido. Recordemos que en la vida no hay límites, y que cuanto queramos podemos obtener, solo es cuestión de dar el paso, tal y como lo dice el eslogan de la más grande empresa de calzado como es Nike “Just do it” (solo hazlo). Evoquemos igualmente el versículo bíblico de Mateo 7:7 “Pidan y recibirán” y la clásica frase de Paulo Coelho en su libro El Alquimista, “Cuando alguien desea realmente algo el universo entero conspira para que lo logre”. En lo personal me gusta mucho una frase del libro La Llave Maestra de Charles G. Hannel que indica, “Nuestra actitud mental hacia la vida es la que determina con las que nos vamos a encontrar. Si no esperamos nada, tendremos nada; si pedimos mucho, recibiremos la más grande porción. El mundo es duro solamente si no somos capaces de hacernos valer. Las críticas del mundo son amargas solo para aquellos que no son capaces de hacer sitio para sus ideas. Es el miedo a estas críticas lo que hace que muchas ideas no lleguen a ver la luz del día”. Por eso hay que dar el paso de reconocer que somos nosotros los que debemos cambiar, para que así todo nuestro entorno también cambie, y con ello logremos lo que queremos, pues a fin de cuentas tampoco podemos pasar por desapercibido que cada quien es el arquitecto de su propio destino.
¡Feliz Año Nuevo!
Tiempos de cambio
