Las etiquetas sociales, a mi parecer son un arma de doble filo, pueden llegar a potenciar o limitar a cualquier persona. Desde nuestra niñez, casi de manera natural nos enseñan esta práctica. Si somos de estatura baja, seremos los chaparritos; si somos muy sentimentales, seremos los cursis o hasta los sentidos. Si nos gusta estudiar, seremos los nerds y así de fácil surgen las etiquetas.
En los colegios, esta práctica se acentúa, porque ahora personas externas al vínculo familiar confirman aquella etiqueta que nació en casa. Las cosas se modifican un poco en este ambiente, ya que el sentido de querer pertenecer a un grupo en específico pudiera confundir sobre nuestra verdadera personalidad.
Existe una variante más, a mi parecer la mas peligrosa. Y aquí viene lo confuso de este tema en particular. Es cuando no tenemos etiquetas, podría pensarse que esto sería lo idóneo, pero no es así. El entorno esta tan lleno de estas, como si se tratara de productos de supermercado, que si no las tenemos no existimos y nos convertimos sombras.
¿Podemos hacer algo al respecto? Afortunadamente sí. Como lo he compartido infinidad de veces, el respeto es la base de todo y nace en casa. Es básico en este y muchos aspectos mas de la vida de cada individuo, y en los colegios podrían también reforzar este valor.
Gracias al maestro Goleman y a su método SEL (Aprendizaje social y emocional) aprendí que valores como el respeto y muchos otros, se enseñan teniendo como base y primordial las emociones. Si en casa nombramos las emociones con precisión, nuestros hijos tendrán claro
que les ocurre. Por su parte en los colegios, si existiesen aulas de afecto, la empatía junto con el
respeto alejaría las etiquetas, o al menos nos haría más conscientes de ellas.
Sin complejos, nisentimientos negativos. Goleman insiste, que la familia debe estar involucrada permanentemente en el desarrollo de cada niño, en conjunto con los colegios. Buscar untriángulo perfecto.
Anhelo el día en que seamos todos tratados con respeto, terminar con las etiquetas será una gran batalla incasable de mi parte. Somos la madre de todas las influencias, no es etiqueta, es una capacidad que adquirimos de manera natural y por elección. Tenemos ese poder, hagamos buen uso de él.
Gabriela Guerrero Sánchez. KIKI
