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Salarios, poder adquisitivo y desarrollo

Este trinomio, al que ahora nos vamos a referir, esta irremediablemente ligado a dos componentes más, las políticas monetarias y el bienestar social colectivo, indispensables ambos, en la teoría económica del capitalismo moderno en su línea ideológica y en su derivado inmediato, quiero decir, sus políticas públicas y programas de gobierno de los países del neo nacionalismo en curso y con pretendida vigencia durante el siglo XXI.

Mire usted amigo lector, mucho se ha dicho y poco se ha hecho hasta ahora, en materia de salarios remunerativos y suficientes, vistos estos, como palanca que impulse el consumo interno, dispare la demanda de bienes y servicios, y con esto, la inversión productiva y el crédito individual y responsable.

La pregunta obligada es, cómo articular este primer eslabón del desarrollo, con el resto de los componentes de la producción, el comercio y el financiamiento. Porque es fácil suponer que al incrementar los salarios hasta un nivel macro, el consumo y el desarrollo se darían por razón natural, más la verdad es que la economía de mercado no funciona así, los altos salarios vienen del trabajo en cadena, de la producción en masa y de las tecnologías aplicadas, la capacitación y la apertura de mercados con capacidad real y potencial de consumo.

Los países que tienen altos salarios, son los llamados, y con razón, desarrollados, o industrializados, que iniciaron sus procesos económicos y constitutivos hace cien o doscientos años, que han consolidado la cultura del trabajo y regímenes de explotación laboral, es decir sin incentivos sociales que desalienten la producción. Recordemos, por ejemplo, Estados Unidos al salir de la colonia y crear los estados federados, estos se llamaron compañías explotadoras de carbón, oro, plata, o de otros recursos naturales regionales.

Fueron, y con mucho, empresas beneficiarias de concesiones gubernamentales, que rápido se acogieron a los efectos de la revolución industrial, el comercio abierto y la libre contratación laboral de mano de obra inmigrante, creadora de riqueza privada que tuvo que luchar a lo largo de los años, incluso hasta la fecha, para conseguir seguridad y previsión social, jornadas de trabajo justas y salarios remuneradores con base en horas de trabajo productivo a juicio de capataces y amos de haciendas.

Estos países desarrollados, que ahora son polos de atracción para migrantes que buscan salarios altos que les permitan vivir mejor que en sus países (sub-desarrollados) de origen, que no han salido del coloniaje corporativo, basado en exportación de materias primas o comoditis como se les conoce ahora. Países que pasaron en corto tiempo de la vida colonial a la de producción de bienes exportables y de consumo interno.

Mire usted, Estados Unidos no pasó por un proceso de repartición de la tierra, es decir no hubo reforma agraria como en México después de la Revolución de 1910, el gobierno simplemente les vendía a los colonos a tantos centavos la acre y los ponía en fila, y al sonido de un disparo de pistola accionada por un militar, los compradores hacían carrera a caballo, en carretas o a pie para tomar posesión de los predios rurales adquiridos.

Además las controversias o disputas generadas entre posesionarios, las dirimían ante el militar de mayor jerarquía que estuviera presente, sin más prerrogativas legales o de otra naturaleza. La ugencia única era ponerse a trabajar y producir, bajo la cruda y dura mano del banquero local quien financiaba y confiscaba y revendía el predio en caso de no cubrir el pago pago del crédito, de manera oportuna y suficiente. Así se formaron esas naciones que hoy se llaman desarrolladas, así pasaron de ser sociedades rurales a conglomerados urbanos, a partir de la productividad y el beneficio empresarial.

Mire usted, cierro el comentario platicándole algo que me tocó escuchar en alguna ocasión, aquí muy cerca en el Valle del Río Grande Texas. Se trataba de una negociación de un granjero con un inmigrante latino; a quien el texano le decía con seriedad y prestancia, en español maltrecho. Mira, tu para mi eres un negocio, yo voy a buscar sacar el mayor provecho posible de tu trabajo y tu paga, no sé ni me interesa si comiste o dormiste bien, si quieres quedarte o regresar a tu país mañana, hoy yo te digo lo que vas a hacer, y tú lo haces sin distraerte, comes y duermes en aquel galerón después de las nueve de la noche.

Así es como se definen las reglas de contratación laboral en el campo o en la ciudad, en la fábrica o en los negocios o empresas de cualquier índole. Lo que vale y cuenta para definir la paga es el trabajo intensivo, el rendimiento individual, la productividad y la competitividad empresarial, el que haga más y mejor, cada vez, las tareas es el que gana más. Este es el marco del desarrollo y el subdesarrollo económico y social, no hay de otra.
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