Este sábado un pequeño grupo de comunicadores de Nuevo Laredo acudimos al centro recreativo conocido como “El Patinadero”, que se ubica debajo del parque Viveros, adyacente al Río Bravo, a recoger basura, esto como parte de un reto que lanzó la Secretaria de Servicios Públicos Primarios, Irma Richer De León, a comunicadores locales, dentro del proyecto denominado “Reto NLD”, y que consiste en hacer una cadena de personas que contribuyan limpiando la ciudad.
Por poco más de una hora estuvimos en el lugar y logramos juntar una considerable cantidad de basura, que desechamos en los mismos contenedores que hay en el mismo sitio, y que paradójicamente se encontraban vacíos. Y es que gran parte de la gente que va a los parques (por no decir que la gran mayoría), no tiene la cultura de la limpieza, no es para recoger los desperdicios que generaron y echarlos en los botes de basura, que vaya que los hay en los diferentes centros recreativos.
Peor aún mucha gente tira basura en la calle, la cual va a dar a las redes de drenaje y esto genera que estas se tapen y por eso cuando llueve se vienen severos problemas de inundación, y es entonces cuando mucha de esa gente cochina, se queja de las inundaciones, siendo que ellas contribuyen a que estas se presenten.
Porque como siempre pasa, es más cómodo criticar, que ayudar; destilar veneno, que condensar apoyo. Pero todo esto de la falta de interés de la gente por ayudar, es parte de la descomposición social, de cómo se han ido perdiendo los valores a través de los años. Porque yo recuerdo, y recuerdo bien, que cuando estaba en la primaria y un maestro nos veía tirar un papel en el salón o cualquier desecho en el patio, nos obligaban a levantarlo y de paso como castigo nos ponían a recoger la basura que otros hubiesen tirado, o que se hubiese acumulado por el arrastre del viento. Antes también nuestros padres nos levantaban muy temprano a barrer el patio de la casa, la banqueta y la parte de la calle que nos correspondía en el terreno que habitábamos.
Hacíamos la limpieza también en el hogar y éramos personas higiénicas, porque nos lo imponían a base de severidad que incluían chanclazos y cintarazos si no atendíamos el llamado. Por eso siempre he dicho que cuando se dejó de aplicar el látigo en casa, se empezaron a perder todos esos valores. Con eso de que a los chamacos ya no se les puede pegar si no hacen caso, pues simple y sencillamente no hacen caso, y con ello no se ocupan de las tareas del hogar, y si no limpian su casa, que carajos van a andar limpiando la calle, les vale, y por el contrario la ensucian, y por eso es que hoy en día vemos tantos imberbes arrojando basura en la vía pública, sin que nadie les diga nada, porque hasta eso, si les llamas la atención te expones a que sus propios padres se ofendan y te la hagan de pleito.
Porque si el hijo es cochino, es porque el padre también lo es, pues evidentemente no lo ha sabido educar en materia de limpieza. Y por mientras y por lo tanto todos la llevamos, pues aunque unos limpiemos, con los que ensucian, nunca acabaremos. Aunque peor sería sentarnos a no hacer nada. La lucha hacemos, y seguiremos haciéndola, y eso conlleva también el concientizar a los demás a cooperar, a que entiendan que si no quieren limpiar, cuando menos no ensucien. Con eso ayudarán bastante.
