Viendo con atención y cuidado los discursos pronunciados por el Presidente Peña Nieto, en su muy reciente visita al Paraguay, en Sudamérica, y a otras naciones por supuesto, nos damos cuenta del inmenso trabajo desarrollado para posicionar a México, como un país moderno que busca interactuar con todas las naciones del mundo, en lo económico y lo político, sin complejos ni falsas modestias, con una oferta de paz, civilidad y de grandes oportunidades de inversión.
En ese esfuerzo valeroso han colaborado los cancilleres mexicanos, José Antonio Meade al inicio de la administración, Claudia Ruíz Masie posteriormente, y ahora, Luis Videgaray Caso, Todos ellos al igual que el presidente Peña Nieto, con un plan muy bien definido, consistente en sus propósitos y valioso en sus variadas líneas de acción. Sirvieron como plataforma para este propósito las trece reformas estructurales y las decenas de leyes secundarias y programas de acción ejecutiva.
Por eso, hoy que está en marcha el proceso electoral más complejo que el país haya enfrentado en su historia, por sus dimensiones: renovación de los poderes ejecutivo y legislativo federal, nueve ejecutivos estatales, un gran número de ayuntamientos y congresos locales, hasta llegar, en su conjunto a sumar más de tres mil doscientas posiciones y cargos de elección. Es bueno tener en cuenta los grandes temas que es necesario atender para no perder la brújula del progreso y la paz social.
Gobernabilidad, justicia, seguridad pública y privada, desarrollo económico con empleo, corrupción, proceso electoral transparente y asertivo. Son algunos de los más importantes puntos. Para esto, el Estado mexicano cuenta con un gran conjunto de instituciones bien equipadas legal y operativamente, no hay modo de pensar que los retos a enfrentar hoy, lleguen a ser en el corto y mediano tiempo, más grandes o superiores al equipamiento institucional del Estado mexicano.
Las convulsiones político electorales que se ven como nubarrones en el horizonte inmediato, el sistema político nacional las ha soportado y procesado, con solidez y rumbo cierto. Los diversos gobiernos, cada uno en su momento político y en su tiempo administrativo, los ha estudiado y diagnosticado en el contexto democrático y en el marco republicano.
Aún en el caso de que al final del proceso electoral, alguno de los partidos o coaliciones ganen con una diferencia mínima, y quienes pierdan, se asocien para exigir nulidad de resultados, y decidan tomar la calle, y con esto, hacer rehén del conflicto a la sociedad y población en general. Podemos tener la seguridad de que las instituciones y el Estado mexicano en su conjunto, sabrán digerir el conflicto y mantener el barco a flote.
Esa es la fortaleza mexicana, eso es lo que le hemos estado diciendo al mundo que somos, y por supuesto eso es lo que le estamos y vamos a seguir demostrando a todos los inversionistas nacionales y extranjeros, a todos los que han creado más de 3.5 millones de empleo en los últimos cinco años, y también a todos los mexicanos que creen en el proyecto de nación que hemos decidido poner en práctica, y del que tenemos hasta la fecha reconocidos avances y simientes, sanas y confiables.
Por eso se dice con frecuencia y certeza, México y los mexicanos, es más grande que los retos y problemas que enfrenta y ha enfrentado. Reconozcámonos en nuestra historia y gestas vividad.
GRACIAS POR SU TIEMPO.