Lo anticiparon las calificadoras, los bancos privados, el Banco de México, analistas económicos nacionales y extranjeros: había el riesgo de una recesión económica, como resultado del mal manejo de las finanzas públicas.
Ante las críticas, el Presidente Andrés Manuel López Obrador repetía y repite una y otra vez; la economía está requetebién. Y es que para él, la economía se basa en regalar dinero y en dar sermones moralistas todos los días.
La recesión económica que ya vive el país se pudo evitar, pero nuestra versión chafa de Luis XIV, no lo quiso. Se empeña en implementar una economía de estado que no funciona en ninguna parte, por más que la izquierda mexicana se empeñe en defender a Nicolás Maduro, a Kim Yong y a Cuba. Defienden esos gobiernos, pero sin irse a vivir ahí, con todo y familia. El Che Guevera por lo menos fue congruente, dejó la comodidad de ser gobierno para ir a pelear a Bolivia.
La economía mexicana no está creciendo. Cayó 0.4 por ciento en el segundo trimestre del presente año y 0.7 en el primero.
Con tan malos datos, que obviamente no comparte el Presidente, nos espera un 2020 muy difícil, peor que este 2019 en el que se nos quiere vender la idea de un gobierno que aplica la austeridad republicana y en realidad se limita a despedir a miles de burócratas y a recortar recursos a las estancias infantiles, a las becas deportivas, les niega apoyos a los médicos residentes, le recorta los apoyos al cine, al teatro, cancela un aeropuerto en el que se invirtieron más de 100 mil millones de pesos y quiere vender un avión que todavía no es suyo.
Hay recortes a todo, pero eso sí recursos ilimitados para que el Presidente regale dinero a los pobres, pero sin sacarlos de la pobreza, porque luego su voto se iría a otros partidos.
Tenemos que hacernos a la idea de que vienen tiempos más difíciles. Es hora del ahorro, de evitar compras superfluas, de cuidar lo que se tiene. Que no nos engañe el falso optimismo del Presidente.
Por fortuna el gobierno no representa toda la economía mexicana. Por cada peso que gasta el gobierno, los particulares gastan 6.7 pesos, eso es lo que ayuda a que la economía no caiga en picada. Si el gobierno no hace su parte, que la sociedad sí lo haga.
Ahora que lo que deseable es que el Presidente se ponga las pilas y se decida a gobernar para lo cual lo deseable es que se rodee de un equipo experto y que les haga caso en sus recomendaciones.
Hasta ahora no les hace caso y ahí están los casos de Carlos Urzúa, Germán Martínez y más de 245 funcionarios de primero, segundo y tercer nivel que han renunciado en lo que va del sexenio. Prefirieron irse que actuar como zombis. No quisieron ser responsables de los errores que ya padecemos.
Un último apunte: cuando Berlín estaba cercado por el ejército rojo y los aliados, y cada vez era menos las divisiones alemanas disponibles, Hitler se empeñaba en incrementar el personal y equipo defensivo y el ofensivo, convencido de que la Alemania nazi no sería derrotada. Pero el derrumbe era definitivo y se dio.
Igual le pasó a México con su economía y López Obrador.