Con el primer encuentro masivo que tuvo Andrés Manuel López Obrador, tras su triunfo en las elecciones por la Presidencia de la República, se enfrentó en Ciudad Juárez, Chihuahua, con ciudadanos que no estuvieron a modo para hacerlo lucir por lo que debe invitar a más de una reflexión, principalmente que hablar como aspirante, no es igual a lo que le espera al gobernar a México.
Cualquier especialista de comunicación política que ha presenciado las intervenciones públicas de López Obrador es muy seguro que coincida que, sí bien no sigue los estereotipos para la correcta proyección escénica, sí es un extraordinario cautivador de las masas desde toda óptica para escudriñar. Desde 2004 cuando tuve la oportunidad de conocerlo, el presidente electo ha desarrollado su sensibilidad para capturar el humor social, con lo que dice exactamente lo que cada público quiere escuchar, sin duda, algo que deberían aprenderle muchos políticos.
También es necesario mencionar en descargo sobre el encuentro en esa ciudad, frontera con Texas, que los habitantes de Ciudad Juárez se han caracterizado por un humor social férreo, forjado en las adversidades, una condición que detallé en mi ensayo ‘Cavan las fosas electorales de México’ y que se reflejó con lo mal que le fue a Felipe Calderón Hinojosa, cuando era presidente del país, precisamente en un evento similar al que se realizó con López Obrador.
El capital político-social que acumuló durante más de una década López Obrador, las cualidades aprendidas para sentir el humor social y el conocimiento adquirido de tanto recorrer cada rincón de México, ahora se deben poner al servicio de una estructurada estrategia de comunicación política; en la que no se debe perder la esencia que caracteriza al tabasqueño, además que empezará a entrar en un desgaste natural por el ejercicio del poder, por lo que no debe quedar bajo la directriz improvisada del mismo Andrés Manuel.
Solo hay que recordar lo que pasa cuando la comunicación política queda en las manos del mismo gobernante, por citar un ejemplo ¿Sabía usted que el presidente Enrique Peña Nieto escribe los guiones de los spots de sus Informes? Sea quien sea, Julio Scherer o no, quien asesore en comunicación política debe tener muy claro que hay mucho por cuidar, para no ‘descafeinar’ al tabasqueño, pero tampoco dejarlo a su merced.
Es urgente generar una estrategia que plasme la verdadera narrativa de Andrés Manuel para que sea multiplicada en el resto de miembros del gabinete, nuevos gobernadores emanados de MORENA, así como legisladores y munícipes. Ahí está la clave para que no se caiga la fuerza comunicacional que todavía tiene el presidente electo, pues ya empiezan a dar visos que se irán por su lado, ego o costumbres anquilosadas.
No es igual hablar para una campaña electoral, que sostener lo que se dice y el tono en el que se refiere al momento de gobernar, menos aún en el contexto actual, en el que el humor social interactúa de forma poco analizada con las redes sociales. ¿Usted qué opina? www.daviddorantes.mx
