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Gasolina

El primer carro que manejé fue un Nova 1979 de dos puertas y seis cilindros. Era un carro muy comercial cuyo manejo fue fortuito, pues resulta que estando en ese entonces en el periódico Laredo Ahora, mi compañero y muy querido amigo fotógrafo, Martín Rivera, se vio obligado a salir fuera de la ciudad, trasladándose para tal efecto en autobús y dadas las prisas no podía llevar su carro a su casa, por lo que me preguntó que sí sabía manejar, y yo que realmente no había conducido nunca, le dije que sí, por lo que Martín me aventó las llaves del Nova y me dijo, “úsalo, y el lunes me lo traes”.

Fue un viernes por la tarde cuando sucedió eso, así que ni tardo ni perezoso empecé a conducir el carro, aún sin saber, pero como siempre veía a los choferes de camiones manejar, y decía yo que no tenía chiste, pues me aventé como “El Borras” a conducir por las calles de la ciudad, a mis escasos 16 años de edad. Toda la tarde y noche del viernes anduve en el carro, evidentemente como niño con juguete nuevo. El sábado no fue la excepción, lo mismo que el domingo.

Paseé a muchos a bordo del Nova y fue tanta mi emoción que me quedé sin gasolina, pues se me olvidó lo esencial, que era echarle combustible. Me quedé varado por el rumbo de la colonia Guerrero, por lo que tuve que conseguir un galón, ir a una gasolinera que en aquel entonces estaba en Venustiano Carranza y Reynosa, llenarlo, ir a echarle el combustible al vehículo y traerlo de regreso a la gasolinera para llenarle el tanque.

Recuerdo que en aquel entonces el litro de gasolina tipo Nova (igual que la marca del carro y que era el equivalente a la Magna actual) costaba 500 pesos de los viejos, que serían 50 centavos de los actuales (recordemos que en 1994 se le quitaron tres ceros al peso), así que el llenado del tanque me vino saliendo como en 30 mil pesos de los viejos pesos, una vil bicoca, considerando que entré al Laredo Ahora ganando 400 mil pesos a la semana.

Era una felicidad el precio de la gasolina, a tal grado que antes todo mundo traía vehículos de 8 cilindros, que aparte de ser más veloces eran más cómodos.

Hasta los taxis eran de 8 cilindros, pues de 4 cilindros casi no había. En aquel entonces venía la gente de Laredo, Texas, a cargar gasolina a Nuevo Laredo pues era más barata, y le echaban de la denominada Extra, que era un poco más cara y que era como la Premium actual, pero aún así no dejaba de estar muy económica. Esto que cuento fue a finales del sexenio de Miguel De la Madrid Hurtado, el cual empezó en 1982 vendiéndose el litro de gasolina en 20 viejos pesos, y terminó en caso 500 viejos pesos. Al terminar el sexenio de Carlos Salinas de Gortari la gasolina pasó a costar 1.30 de los nuevos pesos por litro, que todavía era algo económico.

En el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce De León el combustible tuvo un incremento del 290 por ciento, al pasar de los 1.30 a los 5.27 pesos por litro. Con Vicente Fox Quezada la gasolina llegó a los 7.92 pesos, y en el de Felipe Calderón Hinojosa a los 10.72 pesos. Como sabemos Enrique Peña Nieto dejó de subsidiar el precio de la gasolina y los costos se dispararon, terminando el sexenio en un promedio de 16 pesos. Hoy en día el litro de gasolina anda ya en los 20 pesos al interior del país, y en la frontera en los 15.50 pesos por litro.

Hoy estamos al revés, hoy vamos los mexicanos a cargar combustible al lado americano, pues resulta más económico, a tal grado que se consigue el litro a un promedio de 11 pesos. Hoy los vehículos 8 cilindros han estado siendo reemplazados por los de 4 cilindros, para gastar menos en gasolina. Lógicamente muchos fronterizos estamos yendo a Estados Unidos a cargar combustible, por así convenir a nuestra economía, aparte de que la gasolina americana es de mejor calidad y no te roban, como lo hacen en muchas gasolineras de México.

Pero los del interior del país no tienen ese privilegio, salvo cuando vienen a la frontera de compras. Y aunque hubo la promesa del Presidente Andrés Manuel López Obrador de que a partir del primero de diciembre iba a bajar los costos de las gasolinas, no lo ha cumplido, y tal vez es porque ya se dio cuenta que no es lo mismo hacer promesas en campaña, que una vez en el gobierno darse cuenta de la realidad.

No sabemos cuándo vaya a bajar la gasolina, como tampoco sabemos cómo siendo un país productor de petróleo, no podamos producir nuestra propia gasolina y tengamos que comprarla en gran parte a los Estados Unidos. Es algo irrisorio. De la gasolina barata, al igual que el auto Nova, ya solo los recuerdos quedan.

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