Continúa el plan de Andrés Manuel López Obrador por desmantelar la reforma energética, y no solo porque esta sea mi opinión editorial en una segunda parte (II), sino que esta misma semana se asestó un duro golpe emocional para los organismos descentralizados del gobierno federal, precisamente donde se había asentado parte de la credibilidad del proceso de franca apertura del mercado nacional hacia procesos libres de presiones políticas.
De esta manera, es como fueron notificados en el atardecer del lunes a los trabajadores de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), que no se les renovaría su contrato que vence –por razones más que obvias, por estar signados en años fiscales- este 31 de diciembre de 2018, dejando la incierta posibilidad la recontratación para 2019. Cuentan que los rostros eran largos, más de uno dejó correr lágrimas y el sentimiento era de total pesadumbre entre los que se irán para la próxima semana y los que se quedan siendo solo 40 por ciento de toda la plantilla.
Recordemos que durante el largo periodo de transición a los comisionados del sector energético, en los diferentes organismos descentralizados del Gobierno de la República, se culminaba a que renunciaran a sus cargos por la intención que esos entes independientes fueran integrados a la estructura de la nueva Secretaría de Energía. Solo uno accedió resistiendo los demás -para ser más claros- no por mantenerse con una posición laboral, sino por preservar lo que caracterizó a nivel internacional: total autonomía de las políticas públicas y del centralismo presidencial.
No es fortuito que la primera asestada de recortes masivos que hiciera el gobierno de López Obrador se diera precisamente en el sector energético, aunque hoy la nota se la lleva el Servicio de Administración Tributaria (SAT). De igual forma la eliminación de la Compensación Universal en la Ley de Ingresos 2019 aprobada por los diputados, roba la atención sobre que los legisladores de MORENA avalaron mantener el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) un hecho que durante campaña y el periodo de transición habían prometido eliminar, incluida la misma Rocío Nahle, secretaria de Energía.
Dentro de la Ley de Ingresos 2019 al aumentar un 24 por ciento el presupuesto destinado para Petróleos Mexicanos (PEMEX), es la primera jugada para regresar al paternalismo ultranza de los años 70’s. Posteriormente, se prevé que en enero de 2019 se aseste la segunda jugada, cuando modifiquen el status de Empresa Productiva del Estado (EPE) para regresarla a Paraestatal, con lo que tendrá un serio impacto hasta en lo bursátil.
Falta espacio para tanta información que tengo de cómo va el proceso de desmantelar la reforma energética desde su tinglado estructural, pero mejor lo cierro con una provocación a pensar. ¿Hay nuevo padre del “gasolinazo”? ¿Usted qué opina? www.daviddorantes.mx
