A partir del 1 de septiembre inicia el proceso de transición entre la nueva administración municipal y la saliente, en los 43 municipios de Tamaulipas.
En el caso de Nuevo Laredo no deja de ser curioso el hecho de que el alcalde electo Enrique Rivas integre una comisión de representantes personales que se reúnan con funcionarios de la administración saliente, que él mismo encabeza, para revisar información de las diferentes secretarías y direcciones.
Suena hasta ilógico y sin embargo es un protocolo que establece el Código Municipal y se le tiene que dar cumplimiento.
Obviamente, aunque es el mismo alcalde para las dos administraciones hay cosas que sí van a cambiar, como la integración del cabildo, en el que entran nuevos elementos, todos identificados con el alcalde, en el caso de los del PAN.
Y como en Nuevo Laredo con el cambio de gobierno prácticamente permanecerán la mayor parte de los funcionarios municipales, esto facilitará el trabajo, desde poder transferir alguna obra no terminada antes del 30 de septiembre, darle seguimiento a los programas etc.
Muy diferente es el caso de aquellos municipios donde llega un partido diferente al que gobernaba y el nuevo va a querer revisar hasta las facturas que amparan 50 pesos.
Hay varios alcaldes salientes que deben estar preocupados de que se les revisen las cuentas, como Oscar Almaraz, de Victoria, que se ilusionó con la idea de ser gobernador y tras la derrota del pasado 1 de julio hoy está inmerso en la tarea de hacer que cuadren los números de sus ingresos y egresos en los dos años de su gobierno.