Oscar Almaraz Smer, presidente municipal de Ciudad Victoria decidió imprimirle velocidad a sus resultados en la alcaldía atendiendo dos aspectos que la ciudadanía ha reclamado durante los últimos trienios, la recolección de basura, la limpieza de lotes baldíos y la iluminación.
Es así como se dio a la tarea de reorganizar la recolección de desperdicios y espera contar con el apoyo ciudadano creando comités en las colonias para que le informen dónde están fallando, porque además de que pasen los camiones recolectores, 25 unidades que estarán en servicio a partir de este viernes, habrá una cuadrilla de trabajadores que los seguirán limpiando las arterias donde dejan tirada la basura.
De qué se trata ésto, de cambiar la imagen a esta población que desde hace varios trienios tiene la cara sucia y ante la falta de recursos suficientes, Almaraz le mete creatividad.
También está reponiendo los focos en las lámparas del alumbrado público y limpiando áreas verdes y terrenos baldíos cuyos propietarios no se responsabilizan y que representan sitios potenciales para cometer delitos.
Pues bien, Almaraz tiene un año nueve meses para dar resultados porque en junio del 2018 estará probándose en las urnas de nueva cuenta si decide intentar reelegirse en el cargo.
Almaraz, sabemos, le trae ganas a la gubernatura, transformar la capital en un lugar más limpio, seguro y agradable donde vivir es un reto que iría acompañado de un boletito que le permita participar en condiciones ventajosas primero por la reelección y luego por la estatal. Ahí la lleva, esperemos que no le afloje el paso, pero que en esta tarea de limpiar la ciudad, la ciudadanía colabore, porque de otra manera todo esfuerzo por grande que sea resulta infructuoso.
SIN VOTO NO HAY DINERO
Una vez que los diputados decidieron quitarse de bonos navideños, viajes pagados dentro del país y al extranjero con asientos de primera clase, cuentas de celulares con cargo al presupuesto y otras prestaciones que no resuelven la crisis económica del gobierno federal, la prueba de fuego es rebajar sus sueldos, además de hacer una recomposición de ya del presupuesto que se les asigna.
Pero lo que viene resulta mucho más relevante para la vida política de México: lograr que los partidos políticos dejen de ser negocios familiares, como el Verde Ecologista por ejemplo, sin dejar de lado al PRI, PAN, PRD y más recientemente Morena, que es dirigido por Andrés Manuel López Obrador pero ahí cobran sus tres hijos mayores, el más chico no, porque todavía no tiene edad.
Pedro Kimamoto, diputado federal independiente ya logró lo impensado, que este martes entre a revisión la propuesta de cambios al financiamiento de los partidos políticos con una reforma electoral que conlleva “eliminar la lógica de negocio familiar”, dice, como hasta ahora han funcionado los partidos y establecer la regla, sin votos no hay dinero.
Esto significa que si la propuesta de Kumamoto obtiene el respaldo popular a partir de recabar firmas en el mes de febrero para presentarla como iniciativa ante la Cámara de diputados para que se analice y se eleve a reforma electoral constitucional.
Implica que según la cantidad de votos que obtengan los institutos políticos en las elecciones de ahí dependerá el presupuesto que se les asigne, así se espera que en México dejemos de tener partidos caros con votantes pobres como sucede actualmente.
Darle la vuelta al asunto no resultará fácil, como dice Luis Carlos Ugalde, ex titular del Instituto Federal Electoral porque “los partidos se han vuelto adictos al dinero, y como toda adicción, genera la necesidad de pensar que sin eso mueres”.
Como quien dice no querrán soltar la gran bolsa de los recursos a través de sus bancadas en el Congreso, la propuesta de Kumamoto es de beneficio colectivo pero significa para los diputados emanados de partidos darse a sí mismos un balazo en el pie.
De todas formas, en mi caso pienso sumarme a la propuesta del legislador independiente, así como lo hice con la Ley 3de3 para lograr la transparencia en las declaraciones patrimoniales.
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