Les cuento que posiblemente en unos días más el presidente de la república Enrique Peña Nieto podría estar en Tamaulipas.
Visitaría el sur del estado, concretamente los municipios de Tampico y Altamira para supervisar obras de impacto social.
El gobernador del estado Francisco García Cabeza de Vaca estaría acompañándolo en esta gira presidencial que podría ser la última por nuestra entidad.
Esta visita de Enrique Peña Nieto a suelo tamaulipeco podría suceder la siguiente semana, pero ustedes saben bien que estos eventos siempre están sujetos a cambios de agenda.
Por otra parte también les cuento que el que anda muy contento con Erubiel Alonso, nuevo delegado nacional del PRI en Tamaulipas, es nada menos que el periodista victorense conocido como El Longy.
Y es que en la pasada visita de René Juárez Cisneros, presidente nacional del PRI, al municipio de Villa de Casas, Tamaulipas, Erubiel Alonso fue el que permitió que El Longy tomará el micrófono y hablara en el evento tricolor.
Según trasciende, el delegado nacional priísta al ver a El Longy andar en silla de ruedas y vendiendo boletos de rifa, se le ocurrió la ingeniosa idea de ¿contratarlo? para impresionar a René Juárez.
Y dicen que Erubiel Alonso fue el que ideó la estrategia de impresionar al presidente nacional del PRI con la estrategia de que el tricolor de Tamaulipas se ocupa y les da oportunidades a los discapacitados.
Todo porque la candidata del PRI a la presidencia de Villa de Casas, Mirna García, utiliza silla de ruedas (esto dicho con el mayor respeto) y pues El Longy también y por eso lo incluyó en la escenografía del evento.
Lo malo es que el periodista no le echó porras a la candidata Mirna García, sino que se la pasó echándole porras al mismísimo delegado nacional del PRI en Tamaulipas, y pues sencillamente se evidenció la “jugada de pizarrón”.
Muchos de los presentes en ese acto político no supieron si ponerse a reír o aplaudir ceremoniosamente, ya que les pareció que esa estrategia fue una pifia…sí, pero una pifia de Erubiel Alonso, al que le falló “el numerito” de impresionar a su jefe René Juárez Cisneros.
